lunes, 27 de enero de 2014

Santos Mártires

La devoción a estos santos debió tener un arraigo especial desde tiempos muy remotos, ya que tenían ermita y fiesta en muchos pueblos del entorno.27/01/2014

 Ayer tuvo lugar en Cáceres la tradicional romería de los Mártires, en torno a la ermita de San Fabián y San Sebastián, cuya fiesta oficial se celebró el 20 de enero. La devoción a estos santos debió tener un arraigo especial desde tiempos muy remotos, ya que tenían ermita y fiesta en muchos de los pueblos de nuestro entorno, aunque sólo se conserve la tradición en algunas localidades.
'Mártires' son todas las persona que, por mantenerse firmes en su fe, llegan a dar la vida por ello si si fuera preciso. Pero, ¿quiénes eran San Fabián y San Sebastián? Por el historiador Eusebio de Cesarea sabemos que en el año 236 el clero y fieles de Roma se reunieron para elegir un nuevo papa y vieron descender en forma de paloma el Espíritu Santo sobre uno de ellos, Fabián, que ni siquiera era sacerdote. Así que, en poco tiempo, fue ordenado sacerdote y obispo y ocupó la silla de Pedro hasta el año 250. A él se debe la costumbre de renovar todos los años, en el Jueves Santo, el santo crisma, quemando el sobrante del año anterior. Ocupó el vigésimo puesto en la historia de los papas. Cuando el emperador Decio ordenó una persecución contra los cristianos y lo primero que hizo fue asesinar al papa Fabián.
Dicen de San Sebastián que era capitán de la Guardia Imperial en Roma y que había entrado en la vida militar para poder ayudar así mejor a los cristianos prisioneros. Pero un día Maximino le puso esta disyuntiva: o dejas de ser cristiano, y entonces serás ascendido, o si te mantienes en la fe serás degradado y atravesado a flechazos. Sebastián optó por mantenerse como cristiano hasta el último momento de su vida. Por su forma de morir, ha sido invocado durante muchos siglos como patrono ante las flechas envenenadas y para librarse de las plagas y enfermedades. También por eso es patrono de arqueros, soldados y atletas. 
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jueves, 23 de enero de 2014

Creo. Pero, ¿en qué Dios?

JESUS MORENO RAMOS ( El Periódico Extremadura - 20/01/2014 ) 


Hasta hace poco tiempo buena parte de la vida social y cultural estaba impregnada de religión y Dios ocupaba un lugar importante en la vida cotidiana de la mayoría de las personas. Hoy ha perdido importancia en las sociedades avanzadas. 

Se habla mucho del "eclipse" de Dios y no falta quien, abiertamente, niega su existencia. Sin embargo no es fácil determinar quién es ateo, como tampoco lo es saber quién es creyente de verdad. Para precisarlo habría que conocer qué significa "Dios" para unos y otros. 
A veces Dios es entendido como una especie de 'aguafiestas' que no deja disfrutar de la vida a la gente. (Recordad aquella campaña publicitaria con el eslogan 'Dios probablemente no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida'). Otras veces se le ve como un déspota todopoderoso que amenaza a la libertad humana; o el "tapagujeros" que remedia nuestras insuficiencias; o el "vengador justiciero", que va repartiendo males y castigando a quienes no cumplen su caprichosa voluntad. Son perversiones de la imagen de Dios que nacen de pensar en El desde el mismo ser humano, con nuestros deseos desmesurados de grandeza, de dominio, o desde los fantasmas que crean nuestros miedos más profundos. Como consecuencia de esta mentalidad, como diría un existencialista, "si Dios existe, el hombre no puede ser libre". 

En este  Dios, así entendido, tampoco creo yo, ni se parece al Dios de Jesucristo. Más aún, somos creyentes porque esperamos todo lo contrario: que Dios responde a los mejores deseos que tenemos; llena nuestra sed de infinito y de felicidad; permite vislumbrar que no estamos solos y que un mundo nuevo llegará, fruto, a la vez, de nuestro esfuerzo y de su presencia salvadora. La fe en Dios, así entendido, no reprime nuestra iniciativa sino que inspira el compromiso por la justicia y el desarrollo de las personas y de los pueblos.

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domingo, 19 de enero de 2014

http://www.hoy.es/v/20140119/caceres/nadie-habla-trauma-abortar-20140119.html

CÁCERES

«Nadie habla del trauma de abortar; conozco a mujeres que no lo han superado»

19.01.14 - 00:21 - 
A Jesús Moreno Ramos (Perales del Puerto, 1958) le gusta que le digan que no parece sacerdote. No viste sotana, ni alzacuellos. Acude a la entrevista con cazadora de cuero negra del centro de oportunidades de El Corte Inglés, la tienda en la que suele comprarse la ropa. Lleva algo de prisa porque tiene que desplazarse hasta Zarza de Montánchez para oficiar el entierro de un amigo al que conoció cuando estuvo de párroco en esta población. Añora sus años de cura rural. En estos momentos, compatibiliza su cargo como vicario de Pastoral en la Diócesis, donde coordina todas las delegaciones, con sus obligaciones en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, su destino actual. Es sociólogo y ha publicado varios estudios. Su último trabajo ha sido un libro dedicado a su pueblo, titulado 'Perales del Puerto, desde la Prehistoria hasta los tiempos modernos'. No elude ningún tema durante la conversación. Habla claro del aborto y hasta de la prima de riesgo.
-¿Qué acogida ha tenido el libro en su pueblo?
-Muy buena. Donde mejor se ha recibido ha sido allí porque a la gente esas cosas le gustan mucho.
-¿Qué ha sido lo que más le ha sorprendido a la hora de bucear en la historia local?
-Hay dos aspectos que han marcado mucho la historia de esa comarca, la Sierra de Gata: la cercanía con Portugal y la proximidad con Castilla y León. La cercanía con León afectó a los primeros tiempos de la Reconquista, que hizo que continuamente hubiera cambios de fronteras. Fue una zona muy castigada. La población autóctona prácticamente desapareció durante esos siglos de luchas entre cristianos y musulmanes. Aquellos pueblos fueron repoblados por los del norte en su integridad. Y, por otro lado, el hecho de estar cerca de Portugal afectó a la evolución demográfica y económica en los siglos XVII y XVIII por las distintas guerras que hubo con el país vecino. Fue un periodo de inestabilidad grande y murió mucha gente.
-¿Cuándo se marchó del pueblo?
-Sigo yendo de vacaciones por la familia y los amigos. Pero de manera estable estuve allí hasta los once años, cuando salí del colegio. En aquellos tiempos, cuando existía el Bachillerato Elemental, era la edad a la que se dejaban las escuelas normales para empezar en el Instituto de Enseñanzas Medias. Teníamos dos alternativas: venir al colegio Diocesano, que era el más barato, o irnos a Ciudad Rodrigo porque en aquella época no había internado más cerca, ni siquiera estaba el instituto de Coria.
-¿Siempre tuvo clara su vocación?
-No. El rector del Seminario me dijo que para irme al Diocesano ingresara en el Seminario, donde ya estaba mi hermano. Y así lo hice. Pero yo entonces no quería ser cura; quería ser médico. Después, poco a poco, me lo fui planteando. Pero hasta los 14 ó 15 años mi idea no era la de ser sacerdote. La llamada no se produce a voces. Uno va sintiendo, va contrastando... y las circunstancias de la vida hacen que sigas. Ya van 30 años y todavía no me lo explico muy bien. Otros compañeros míos, a lo mejor, pasaron por las mismas dificultades que yo y lo dejaron. Yo siempre fui un poco rebelde y, entonces, en el Seminario los rebeldes no estaban bien vistos. Creo que a punto estuvieron de echarme alguna vez.
-En estos 30 años de carrera, ¿cuántos destinos ha tenido?
-Durante 20 años he estado ejerciendo como párroco de pueblo. Y, después, seguí sin perder el contacto con el mundo rural porque cuando estuve como delegado de Cáritas viajé por todos los pueblos de la Diócesis. He estado en todos.
-¿Y en cuántos ha ejercido como párroco?
-Mi primer destino fue Montehermoso. Después me fui a la mili. Al regresar, fui párroco de Sierra de Fuentes y estuve de capellán en la Universidad Laboral, donde también daba clases de religión. Más tarde me marché a Zarza de Montánchez y Salvatierra de Santiago. Desde allí me trasladaron a Aldea Moret. Y luego volví a Sierra de Fuentes otros diez años.
-¿El trabajo de cura de pueblo es el que más le ha llenado?
-Cuando uno es de pueblo, el modelo de cura que tienes es ese, el clásico, con su parroquia, su gente, los enfermos, los niños... Pero los pueblos también tienen sus dificultades porque el control social es muy grande. De todas formas, yo en los pueblos siempre me he encontrado muy bien, mejor que en la ciudad.
-¿Cómo fue su experiencia en Aldea Moret?
-Yo llegué en junio del 92. Y entonces ya se habían habitado las promociones de viviendas de 1988, situadas en el entorno de la Plaza Primero de Mayo, la calle Tíber y los bloques A, B y C de la calle Ródano. El mismo verano en el que yo llegué se acababan de asignar las 48 viviendas del Cerro de los Pinos. Aquella época coincidió con la puesta en marcha de una operación de cirugía estética para Cáceres que consistió en la eliminación de las chabolas para acabar con la mala imagen que la ciudad daba a los turistas. Había que quitar todo lo que había a las entradas : el Junquillo, el Carrucho y las prefabricadas de la cárcel. Se inició entonces la prolongación de la calle Ródano, la zona de Germán Sellers de Paz...
-Vivió entonces la transformación del barrio...
-Creo que se hizo una mala política. Lo dije entonces y lo seguiré diciendo. Se tenía que haber invertido más en formación y educación social y haber brindado algún tipo de tutelaje a las familias que no estaban acostumbradas a vivir en esas condiciones. Yo he visto a gitanas viejas llorando tras un realojo que me decían: «Mire dónde nos han traído, con lo bien que estábamos en El Carrucho». La mayoría de esas viviendas tienen dos cuartos de baño. Yo he llegado a ver un caso en el que la familia utilizaba el baño pequeño y en el grande habían echado tierra en la bañera, donde habían sembrado tomates y pimientos. Y tenían una gallina atada a la cadena del bidé. Los ocupantes de estas viviendas trasladaron su esquema de vida a los pisos sociales. El problema es que hemos trasladado nuestra mentalidad paya, nuestro ideal de vivienda, a los gitanos. Eso ha sido un fallo de planificación. Se ha querido hacerles bien y ellos lo han interpretado como un agravio porque a ellos les gusta tener un modo de vida más colectivo. Desde el punto de vista antropológico ha sido un desastre, porque no se ha tenido en cuenta la cultura gitana.
-También vivió como delegado de Cáritas el estallido de la crisis.
-Lo más duro ha sido ver cómo familias que tenían una vida normal se han quedado sin nada. Se crean problemas de ansiedad, de desesperación y de agresividad en las casas. Eso es lo que peor estoy llevando; estamos desbordados. Nosotros podemos recoger millones de kilos de alimentos, pero los otros problemas requieren una atención emocional. Durante el curso 2008/2009, cuando oficialmente no estábamos en crisis, impartí 13 veces una charla en la que ya hablaba de la crisis. Me encontré con algunos políticos que me dijeron que no llevaba razón. Y ahora digo que es verdad que estamos saliendo de la crisis.
-¿Qué opina de la nueva ley del aborto?
-En ese tema soy carca. Me parece que tanto esta como la anterior ley parten de unas bases que yo no comparto. Para mí, el problema fundamental es que la sociedad tiene dejado en manos de la mujer que se queda embarazada todo el problema de tirar para adelante con la criatura. En lugar de afrontar cómo apoyar a una madre que no pude tirar para adelante, lo que hacemos es ofrecer medios para interrumpir el embarazo, con más o menos límites, pero nos movemos en lo mismo. No estoy de acuerdo con que se elimine ninguna vida humana. Otro tema es cuando hay conflicto entre el derecho de la madre a vivir y el del hijo; lógicamente ahí lo que se pretende no es eliminar a nadie sino salvar la vida de la madre. Yo no he encontrado todavía a ningún científico serio que me diga a partir de qué mes se puede hablar de vida humana.
-¿Y dónde queda la libertad de decisión de la mujer?
-El problema es que no se trata de su vida, sino la de otro ser humano. Lo que yo no acepto es el derecho a abortar pero creo que hay que resolver el tema. Nadie habla del trauma de abortar. Conozco a mujeres que han abortado y no lo han superado. Y conozco también a alguna chica a la que yo he ayudado a que tirara para adelante porque la habían echado de casa y me ha agradecido en muchas ocasiones esa ayuda. Creo que aquí el problema es que no nos planteamos por qué una mujer quiere abortar. El que está por nacer también tiene derechos.

viernes, 17 de enero de 2014

Jornada de migraciones

"La solución al fenómeno migratorio pasa por una organizada cooperación internacional"

El día 19 la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado. Han pasado cien años desde que Benedicto XV la convocara por primera vez. Hoy el movimiento migratorio tiene gran importancia y pone de manifiesto las carencias y lagunas de los Estados y de la comunidad internacional en la solución de los problemas económicos. La misma Extremadura ha sido tierra de emigrantes, receptora en los años de crecimiento económico y, otra vez, emisora de trabajadores en los años de crisis.A los inmigrantes se les abren las puertas cuando son precisos y se les cierran cuando su presencia choca con nuestros intereses. La misma UE, que parece tan adelantada en los derechos humanos, con sus políticas migratorias, acentúa el control de las fronteras con medidas de protección y seguridad cada vez más costosas y duras. Han vuelto a aparecer las vallas cortantes, tan criticadas por muchos, y, con frecuencia, los medios de comunicación hablan del "trabajo esclavo" o la explotación a la que son sometidos algunos inmigrantes. Encantados por un paraíso ficticio, salen de su país buscando un futuro mejor y se encuentran con mil desventuras y rechazos.No estoy por una inmigración incontrolada, pero es indudable que las medidas de control no están dando resultado. Y es que "el hambre no sabe de fronteras". La solución al fenómeno migratorio es muy compleja, no depende solo del país receptor ni tampoco del país emisor, sino que pasa por una amplia y organizada cooperación internacional. Por eso el eslogan de esta jornada habla de caminar "juntos hacia un mundo mejor", buscando un desarrollo auténtico e integral y creando oportunidades de trabajo en las economías locales, de modo que nadie se vea empujado a abandonar su tierra.Es verdad que estamos preocupados por la situación económica de nuestro país, pero tampoco debemos olvidar a otros pueblos más necesitados. Que no se haga realidad la "globalización de la indiferencia", de la que habló el Papa en Lampedusa.

JESUS MORENO RAMOS

El  Periodico "Extremadura". 13 de enero de 2014

http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/caceres/jornada-migraciones_780211.html


domingo, 12 de enero de 2014

Publicado en El Periódico Extremadura el 31 de diciembre de 2012, a punto de iniciar el año 2013:


¡AÑO NUEVO, VIDA NUEVA!

            Entrar en un nuevo año es algo tan simple como cambiar una cifra en el calendario si no va acompañado de unas nuevas condiciones de vida y un giro en la manera de afrontarla individual y colectivamente.

Circula por ahí una frase que me gusta especialmente: “lo importante no es añadir años a nuestra vida, sino vida a nuestros años”. La vida no es para arrastrarla, sino para degustarla, siendo felices y buscando hacer felices a los demás. Ojalá sea este deseo lo que sustente de verdad esas expresiones que tanto utilizamos en estas fechas: “Feliz Navidad” o “Feliz Año Nuevo”…  La felicidad no es un sentimiento individual; sino profundamente comunitario y social y un proverbio inglés dice que  “donde hay un ser humano feliz, otro se ha preocupado de ello”. Es verdad ¡Cuántas veces nuestra felicidad depende de otros y es fruto de su esfuerzo! Detrás de cada gramo de felicidad nuestra, se esconde el esfuerzo y el sacrificio de alguien, que, a su vez, si lo ha ofrecido con agrado le ha procurado su propia satisfacción.

Además, hay quien dice que la felicidad no es tanto un punto de llegada cuanto una manera de recorrer el camino de la vida. Por lo tanto cabe preguntarnos cómo debemos afrontar cada uno el futuro, en estas condiciones sociales y económicas tan difíciles. No sea que pidamos la renovación a la sociedad, o a los otros, más o menos responsables de la situación, y nosotros nos quedemos al margen.

             Propongo para todos estas actitudes: contra el individualismo imperante, vivamos efectivamente la solidaridad con los que más sufren; contra la esclavitud del “tener” y acaparar, compartamos y vivamos la libertad de “ser más” con los otros y para los otros; contra la intolerancia, seamos respetuosos para con todos, aunque no compartamos sus ideas; contra el abuso de la técnica apreciemos los valores ecológicos de la naturaleza; contra la mentira, defendamos la verdad…Expresemos sinceramente a los demás no sólo nuestro deseo de que sean felices sino también nuestro afán por ayudarles a conseguirlo.

         Jesús Moreno Ramos

lunes, 6 de enero de 2014

Riqueza que empobrece

El neoliberalismo busca el beneficio económico y considera a las personas como un medio para ello.

Este sistema neoliberal, que parece dominarlo todo, busca el máximo beneficio económico mientras considera a las personas sólo como un medio para alcanzar este fin. Algunos de sus efectos son el paro, la pobreza de unos y el despilfarro de otros, la corrupción, los desahucios y la destrucción de la naturaleza. Recientemente ha dicho el Papa que el "dinero debe servir y no gobernar" y que "no podemos evitar ser concretos para que los grandes principios sociales no se queden en meras generalidades que no interpelan a nadie".
Algún lector me ha dicho recientemente que debería ser más concreto y quisiera hacerle caso. Por eso me permito indicar algunas medidas que deberían tomarse en el ámbito de la política nacional e internacional: procurar un sistema fiscal progresivo para que los beneficios de la actividad económica puedan llegar a todos, buscando una mayor equidad; regular los mercados financieros y crear un impuesto a las transacciones financieras internacionales para evitar la especulación impune que perjudica gravemente a las economías locales; eliminar los paraísos fiscales, para frenar la avaricia de los que buscan no compartir los beneficios; colaborar intensamente en el desarrollo de los países más empobrecidos (hemos olvidado muy fácilmente lo del 0,7 del PIB); desterrar la violencia como forma de resolución de conflictos y potenciar los procesos de negociación y diálogo en todos los ámbitos; velar por el cumplimiento de los derechos humanos por parte de los gobiernos.
Esto sólo será posible con una mayor profundización de la democracia, que supone más implicación de los ciudadanos en la búsqueda del bien común y que la economía no prime sobre la política. Se me ocurre, además, que la sobrevaloración del crecimiento económico debe ceder paso a la ética del "cuidado": el cuidado de la vida humana, especialmente de los más indefensos, y el cuidado de la naturaleza.
hMás información
 (+ información)
 

sábado, 4 de enero de 2014

FORMACIÓN DE SEGLARES: "OTRO MUNDO ES POSIBLE"


El Plan pastoral Diocesano en una de las acciones correspondientes al objetivo 4º que tenemos como preferente en este curso dice que debemos "participar en las nuevas iniciativas sociales para llegar a otro mundo posible, a un mundo nuevo para una nueva humanidad".
La Delegación Diocesana de Apostolado Seglar y el Foro de Laicos ha organizado sobre esta cuestión una mesa redonda en la Parroquia de San Juan Macías de Cáceres que tendrá lugar el 11 de enero a las 10 de la mañana.

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