sábado, 1 de noviembre de 2014

“HALLOWEEN” VS “LOS SANTOS”
            Jesús Moreno (sacerdote y sociólogo) 
Publicado en el Periódico Extremadura el 29-10-2012

En pocos días se celebra la fiesta de Todos los Santos. Ya en tiempos pretéritos los cristianos tenían una jornada dentro del periodo pascual en la que recordaban a todos los santos, conocidos y desconocidos, pero en el siglo VIII el Papa Gregorio III fijó esta fiesta el 1 de noviembre, seguramente para contrarrestar la fuerza que en estos días del otoño tenían los festejos de origen pagano que había en torno a los muertos. Es sabido que al día siguiente recordamos a todos los difuntos, aunque el ir y venir al cementerio comienza antes. En estas fechas desaparecen los nombres propios de unos y de otros, y la Iglesia pone de manifiesto la comunión de los santos, que decimos en el credo.

Tradicionalmente, a estos motivos religiosos se le añadía algo parecido a una romería de otoño conocida por diversos nombres según los lugares en los que se celebra: chaquetía borrajá calbote -, o simplemente ir a asar las castañas . Quizá sea una costumbre que también nos remite a las romerías de la pascua florida, cuando originariamente se festejaban los santos . Pero, poco a poco, han ido entrando aquí las costumbres estadounidenses relacionadas con Halloween y podemos ver en nuestras calles calabazas iluminadas y disfraces de zombies, dráculas y otros monstruos que el cine, la televisión y los intereses comerciales han introducido en la imaginación de los más jóvenes.

Halloween , según dicen los entendidos, no es más que la contracción All Hallows' Eve (víspera de Todos los Santos ). También dicen que todos los festejos que llevan este nombre y presentan un colorido carnavalesco parecen remontarse al tiempo de los pueblos celtas. Sin duda poseen un trasfondo mágico-religioso relacionado con el culto a los muertos muy extendido antes del cristianismo. De hecho, se pensaba que en esa noche los espíritus volvían a visitar las casas de sus familiares, y para que los espíritus no les perturbasen, los aldeanos debían poner una vela en la ventana de su vivienda por cada difunto que hubiese en la familia.