“HALLOWEEN” VS “LOS SANTOS”
Jesús
Moreno (sacerdote y sociólogo)
Publicado en el Periódico Extremadura el 29-10-2012
En pocos días se celebra la
fiesta de Todos los Santos. Ya en tiempos pretéritos los cristianos tenían una
jornada dentro del periodo pascual en la que recordaban a todos los santos,
conocidos y desconocidos, pero en el siglo VIII el Papa Gregorio III fijó esta
fiesta el 1 de noviembre, seguramente para contrarrestar la fuerza que en estos
días del otoño tenían los festejos de origen pagano que había en torno a los
muertos. Es sabido que al día siguiente recordamos a todos los difuntos, aunque
el ir y venir al cementerio comienza antes. En estas fechas desaparecen los
nombres propios de unos y de otros, y la Iglesia pone de manifiesto la comunión
de los santos, que decimos en el credo.
Tradicionalmente, a estos
motivos religiosos se le añadía algo parecido a una romería de otoño conocida
por diversos nombres según los lugares en los que se celebra: chaquetía , borrajá , calbote -,
o simplemente ir a asar las castañas . Quizá sea una costumbre
que también nos remite a las romerías de la pascua florida, cuando
originariamente se festejaban los santos . Pero, poco a poco,
han ido entrando aquí las costumbres estadounidenses relacionadas con Halloween y
podemos ver en nuestras calles calabazas iluminadas y disfraces de zombies,
dráculas y otros monstruos que el cine, la televisión y los intereses
comerciales han introducido en la imaginación de los más jóvenes.
Halloween , según dicen los entendidos, no es más que la
contracción All Hallows' Eve (víspera de Todos los
Santos ). También dicen que todos los festejos que llevan este nombre
y presentan un colorido carnavalesco parecen remontarse al tiempo de los
pueblos celtas. Sin duda poseen un trasfondo mágico-religioso relacionado con
el culto a los muertos muy extendido antes del cristianismo. De hecho, se
pensaba que en esa noche los espíritus volvían a visitar las casas de sus
familiares, y para que los espíritus no les perturbasen, los aldeanos debían
poner una vela en la ventana de su vivienda por cada difunto que hubiese en la
familia.