sábado, 30 de noviembre de 2013

"También en estos tiempos oscuros de la Iglesia late una vida que florecerá en el futuro"

El pasado sábado, unos diez mil fieles católicos de Extremadura se reunieron en Guadalupe para clausurar el Año de la Fe que inaugurara el papa emérito Benedicto XVI. Lo hacían en torno a la patrona de la región y presididos por los tres obispos de la provincia eclesiástica emeritense-pacense. Siendo grande esta concentración multitudinaria, así como el motivo que la inspiraba, hemos de reconocer que estamos dentro de un invierno de la fe y modelados por una cultura en la que Dios está muy ausente. No faltan indicios de vida religiosa, es verdad, pero la Iglesia lleva décadas perdiendo adeptos, sobre todo entre los más jóvenes, y con las vocaciones sacerdotales y religiosas muy disminuidas.
Sin embargo, a este respecto el teólogo K. Rhaner decía que "forma parte de la esperanza cristiana no interpretar la situación de invierno en que se encuentra la Iglesia como presagio de una muerte definitiva". Como ocurre en el invierno de la naturaleza, también en estos tiempos oscuros de la Iglesia late una vida que florecerá en el futuro. Viendo y oyendo al Papa Francisco uno realmente se reafirma en este convencimiento: la renovación no vendrá de los grandes documentos, ni tampoco de la proclamación de normas rigurosas, ni en el afán por reconquistar puestos de influencia o de poder, sino en vivir más auténticamente el Evangelio. 
http://www.agenciasic.com/wp-content/uploads/2013/12/Clausura-A%C3%B1o-fe.jpgA los que formamos la Iglesia nos viene bien pasar por situaciones de frío y oscuridad, que nos ayuden a despojarnos de muchas seguridades que nos ofrecía la sociedad de otro tiempo y del apego a nosotros mismos. Para responder mejor a las necesidades y aspiraciones más hondas de los hombres y mujeres de hoy, más que disponer de grandes medios y plataformas de poder, en realidad debemos procurar desplegar nuestra Fe con la frescura que procuran los valores evangélicos de la sencillez, la pobreza, la alegría, la justicia y el amor.


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