PALABRAS DE AGRADECIMIENTO EN LAS EXEQUIAS DE MARÍA DE LA PEÑA MORENO RAMOS
Queridos
amigos, supongo que esta tarde no tendré fuerzas para hablaros y me toca
hacerlo por aquello de ser el cura de la familia. Por eso, en la serenidad del
amanecer escribo estas líneas.
Os agradecemos
vuestra cercanía en estos momentos y vuestra oración.
Ahora
estamos despidiendo a la más pequeña de nuestra vieja casa de Perales que
estaba en la carretera de Cilleros. En nuestra familia extensa (abuelos, tíos,
primos…) vamos despidiendo a unos y a otros, muchos en una edad temprana. Ya
tenemos bastantes en la otra orilla, que para los cristianos es el hogar de
Dios. ¡¡Me imagino que estarán ahora disfrutando mucho recibiendo con los
brazos abiertos a la Peñita!!
Sé
que es difícil, pero todos debemos procurar no estar tristes, que a mi hermana
no le gustaban este tipo de actos porque le parecían demasiado tristes. Por
cierto Nos hemos pasado un poco con las flores, que a ella no le gustaban.
Creo
profundamente en que un día todos conoceremos una vida en la que ya no haya
dolor ni tristeza y donde nadie tenga que llorar. Me rebelo contra la idea de
que tantas personas sin salud, enfermos crónicos, discapacitados físicos y
psíquicos, personas hundidas y cansadas de vivir y de luchar, no lleguen a
vivir con paz y salud total. Estoy seguro de que todas escucharán la voz del
Padre Dios, amigo de la vida, que les dirá: “Entra en el gozo de tu Señor”.
Se
que los esfuerzos de mi hermana y de tantas otra personas por hacer felices a
los demás no se perderán en el vacío. Toda vida, aparentemente interrumpida,
toda obra a medio hacer, lo que hemos estropeado con nuestra torpeza… ,todo,
todo alcanzará plenitud en Dios.
No
me puedo resignar a que Dios sea “un Dios oculto”. En el hospital lo he
sentido junto a mí con las manos atadas
y lágrimas en los ojos. Ese Dios es el mismo que nos ha regalado el don de mi
hermana Peña durante cincuenta y dos años. Y por eso, y por los veintidós años
de convivencia permanente con ella, le doy muchas gracias.
Ha
sido todo demasiado rápido y hemos procurado principalmente que ella sufriera
lo menos posible. Por eso hemos tardado en dar la noticia de su gravedad, para
protegerla, desconociendo la rapidez del desenlace. Ahora sabemos que muchos
hubierais querido verla antes. Disculpadnos si en esto hubiéramos actuado
torpemente.
Mi
hermana era una mujer muy de su familia y de sus amigos (¡Tengo muy buena
suerte con los amigos!, decía muchas veces).
A
todos, de verdad, muchas gracias. Ya no nos deis pésame ni cosa parecida. Recordadla
con su gracia y sus chistes. Dad gracias a Dios y rezad por ella y por
nosotros…Si algo le ponía profundamente nerviosa eran los conflictos, las
discusiones, los insultos. No lo podía soportar ni en la televisión. Por eso, en
su nombre, os digo que, al contrario, os cuidéis
los unos a los otros.
Incluso en la tristeza consigues que aflore el optimismo. Un beso.
ResponderEliminarSencillas y preciosas palabras Jesús, a ella le habrán gustado, porque ella ha sido así, sencilla, cercana, alegre. La recuerdo siempre muy divertida y aasí la seguiré recordando.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Ana Maria Frade Parra.
Gracias a Dios por dejar en la Tierra un tiempo a Ángeles que hacen que, nuestro paso por la misma merezca la pena. Un abrazo Jesús.
ResponderEliminarLourdes Mateos Sánchez
Lourdes Mateos Sánchez
Gracias por tus palabras.yo tmb quiero pensar q peña está cn mi papi y q los dos están en el cielo,disfrutando de loq todavía no disfrutaron aqui.y q nos ven y velan por nosotros.ese es el único consuelo q nos queda.muchos besos
ResponderEliminarMe consuela pensar que ella sabía que yo la quería. Siempre la llevaré en mi corazón. Gracias Jesús por este detalle
ResponderEliminarBonitas palabras , me ha gustado cuando has recordado la casa de la carretera de Cilleros , porque cuando yo iba del colegio siempre salia tu madre y tu abuela a saludarnos y darnos un beso ,ya estan juntas y desde alli cuidarán de ti y tu familia , un beso .Mª Angeles .
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